Descubre si lo que te ocurre es ansiedad…

La ansiedad es una respuesta natural de tu organismo ante situaciones que experimentas como estresantes o que para ti implican algún tipo de peligro. Te ayuda a prepararte para hacer frente o escapar de esta situación.

Por ejemplo, imagínate que vas a cruzar por un paso de peatones e, inesperadamente, ves que a lo lejos un coche viene hacia ti a gran velocidad. Tú estás en la mitad del paso de cebra y, de repente, aparece en ti una serie de reacciones físicas y emocionales, como un aumento del ritmo cardíaco, respiración acelerada, tensión muscular… Esas sensaciones, esta ansiedad que sientes, te va a permitir salir corriendo del peligro, salvaguardarte para que no te atropellen. La ansiedad en ese momento te va a ayudar para ponerte a salvo.

Si no tuvieras ansiedad, si ante una situación de peligro no notaras esas sensaciones, serías incapaz de protegerte, defenderte o resguardarte.

Sin embargo, hay momentos en que este malestar, esa ansiedad, se convierte en excesivamente intensa y desproporcionada en relación con la situación, persistiendo e interfiriendo en el día a día. Esa ansiedad suele aparecer en situaciones en las que no es necesario que el cuerpo se ponga tan tenso, en momentos donde no hace falta esa activación para ponerse a salvo. Es decir, la ansiedad emerge en situaciones que inicialmente no son peligrosas, como puede ser ir a un centro comercial, pasar por un túnel, subir a un autobús o a un tren o en la cola del supermercado. En ocasiones, también aparece en el contexto de circunstancias que son nuevas para ti o a las que no estás habituado/a.

Cuando la ansiedad se pone de manifiesto se desencadenan una serie de aspectos fisiológicos, psicológicos, así como conductuales.

El cuerpo se activa a nivel fisiológico liberando hormonas como el cortisol y la adrenalina, que aumentan la frecuencia cardíaca, la presión arterial y la respiración, preparando al cuerpo para reaccionar ante la amenaza percibida. Pueden manifestarse síntomas físicos como sensación de ahogo, mareos o sensación de desmayo, hormigueos, taquicardia, sudoración, entre otros. Estos síntomas pueden llegar a ser angustiantes y pueden llevar a una mayor sensación de ansiedad.

Al mismo tiempo, durante este estado, es común que se experimenten pensamientos negativos sobre las posibles consecuencias de la situación, que en determinadas ocasiones son irracionales o exagerados y contribuyen a mantener el ciclo de la ansiedad.

Cuando experimentas esas manifestaciones es habitual que lleves a cabo una serie de comportamientos para evitar los síntomas desagradables de la ansiedad, con lo que quizás dejas de hacer determinadas acciones o actividades que percibes como amenazantes. O también, en otras ocasiones, puedes desarrollar comportamientos de seguridad, como rituales repetitivos o conductas de verificación, para sentirse más seguro/a.

Dichas conductas, evitativas y de seguridad, a corto plazo, generan una sensación de alivio de la ansiedad. Sin embargo, es una sensación que dura muy poco, ya que con el tiempo observamos que esos síntomas se mantienen e incluso incrementan el ciclo de la ansiedad. Al evitar las situaciones temidas, no tienes la oportunidad de aprender que tus miedos son irracionales y exagerados, lo que refuerza aún más tu creencia de que están justificados en tu ansiedad.

Es importante que entiendas que la ansiedad es algo totalmente normal, una reacción emocional que no tienes que evitar. No obstante, es interesante diferenciar cuando puedas estar sintiendo ansiedad en momentos en los que es normal sentirla o sentir ansiedad en situaciones en las que no es necesario estar tan nervioso.

Cuando esas sensaciones aparecen de forma extrema, en ocasiones en las que no es necesaria o que están presentes de forma muy continua en tu vida, y que no te permiten llevar tu vida, cómo te gustaría llevarla, habría que evaluar si estamos ante un trastorno de ansiedad.

También hay que destacar, cuando hablamos de un trastorno de ansiedad, que el proceso puede variar de una persona a otra. Asimismo,es importante especificar que existen diferentes trastornos de ansiedad, como el trastorno de ansiedad generalizada, el trastorno de pánico, agorafobia y el trastorno de estrés postraumático, entre otros, cada uno con sus características específicas.

Si experimentas síntomas de ansiedad que te causan malestar significativo o afectan tu funcionamiento diario, es recomendable buscar ayuda profesional. Desde el centro Somun podemos evaluar tus síntomas y proporcionarte un tratamiento adecuado a tus necesidades.

Autora del articulo: Lidia Palou Barnes

Lidia Palou Barnes

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