Quiero amar con salud, coherencia y responsabilidad, consciente de nuestras fortalezas y debilidades, quiero poner todo lo que esté en mi mano sanamente para hacer madurar esto nuestro sin engañarnos y teniendo presente lo importante.
Quiero amar de forma persistente y tenaz para mantener este amor que hoy siento por ti, sin la carga del temor a perderte, siendo valiente y libre, asumiendo los riesgos y contemplando la posibilidad del desamor, pudiendo así expresarlo si se da el caso, y vivirlo sin culpabilidad.
Quiero amar haciendo una elección diaria, teniendo y dando la libertad de dejar de amarnos, quiero amarte naturalmente hasta donde mi corazón así lo indique, mientras me sienta feliz a tu lado.
Quiero amar, siendo tan libre como sea posible, un “No te necesito, te prefiero”, un amor que no quiera subsanar carencias propias, sino que venga de una elección que el corazón empuja y la mente decide, para no convertirnos en esclavos y dependientes.
Quiero amar, amándome, respetar respetándome, crecer a tu lado, valorándote y valorándome, brillar y hacerte brillar.
Quiero amar reafirmando el propio yo, amar a partir de lo que somos, desde la identidad que nos define, desde nuestros ideales y valores, participar del otro sin pertenecer. Quiero un amor auténtico, un yo que se reafirma y crece en cada encuentro afectivo.
Quiero amar sin juzgar, sin aprobaciones, sin juicios de valores ni derecho a evaluarnos; aceptándonos mutuamente, aceptar nuestra propia esencia, las decisiones, los pensamientos y las emociones. Amarnos sin exámenes de admisión.
Quiero amar sin obsesión, un amor sereno, en pleno uso de las facultades, con descargas esporádicas de locura, con una pasión que haga del amor una experiencia tan intensa como equilibrada.
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